Madama Butterfly, un hermoso sacrificio de amor, basada en la experiencia vivida por Pierre Loti que el propio autor plasmó en la novela de Madama Crisantemo, mucho se ha escrito sobre la inmortal obra compuesta por Giacomo Puccini.

El relato se centra en Cio-Cio San, una geisha japonesa, que abandona todo por el amor de Pinkerton, un oficial de la marina estadounidense. Contra los deseos de su familia, se casa con él, pero Pinkerton vuelve a su país poco después. “Y cuando esté aquí, ¿qué dirá?, ¿qué dirá?” (“Un bel dì vedremo”), se pregunta ella mientras lo espera. Pasan uno, dos, tres largos años, pero en vano, pues él regresa a Nagasaki casado con otra. Se desata la tragedia –nostalgia y decepción– y la geisha nuevamente renuncia a todo, incluso a su hijo y a su vida.

Madama Butterfly es una de las óperas más representadas del compositor italiano Giacomo Puccini. Este melodrama está basado en el cuento “”Madame Butterfly”” de John Luther Long y David Belasco y en la novela Madame Chrysanthème de Pierre Loti.

La historia de Madama Butterfly está llena de tragedia, pues narra la historia de Butterfly, una geisha que cree ciegamente en el amor de un oficial de la Marina americana, quien tras desposarla la abandona para regresar a su país sin decir adiós. Un día Butterfly descubre que el hombre del que se enamoró está casado y acaba de ser papá, quedando deshecha y optando por suicidarse por medio del harakiri. Todo esto es representado con intensas melodías que hacen que las emociones de la protagonista penetren en las fibras más sensibles del público.

Cuando se estrenó el 17 de febrero de 1904 en el Teatro Alla Scala de Milán, no tuvo la aceptación deseada; el éxito actual lo alcanzó con el paso de los años.

Original en Texto Italiano:

Un bel dì, vedremo
levarsi un fil di fumo
sull’estremo confin del mare.
E poi la nave appare.
Poi la nave bianca
entra nel porto,
romba il suo saluto.

Vedi? È venuto!
Io non gli scendo incontro. Io no.
Mi metto là sul ciglio del colle e aspetto,
e aspetto gran tempo
e non mi pesa,
la lunga attesa.

E uscito dalla folla cittadina,
un uomo, un picciol punto
s’avvia per la collina.
Chi sarà? chi sarà?
E come sarà giunto
che dirà? che dirà?
Chiamerà Butterfly dalla lontana.
Io senza dar risposta
me ne starò nascosta
un po’ per celia
e un po’ per non morire
al primo incontro;
ed egli alquanto in pena
chiamerà, chiamerà:
“Piccina mogliettina,
olezzo di verbena”
i nomi che mi dava al suo venire.
(a Suzuki)
Tutto questo avverrà,
te lo prometto.
Tienti la tua paura,
io con sicura fede l’aspetto.

Escucha el audio por Mirella Freni (Soprano) subtitulado al español por José Benítez. No sólo es teatro, la ópera de tres actos, Madama Butterfly, ha traspasado las paredes del teatro, sirviendo como inspiración para varias películas como:

Harakiri de Fritz Lang (1919)
The Troll of the Sea de Frances Marion (1922)
Madame Butterfly, dirigida por Marion Gering (1932)
Madama Butterfly de Carmine Gallone (1954)
Madame Butterfy dirigida por Jean Pierre Ponelle (1974)
Madame Butterfly de Freferic Mitterrand, Ying Huang y Richard Troxell (1995)

Partitura, canto y piano en archivo PDF de Puccini-Madama Butterfly

ACTO I
Una colina desde la que se divisa la ciudad y el puerto de Nagasaki. Pinkerton, teniente de la marina norteamericana, ha negociado con el casamentero japonés Goro su boda con Cio-Cio-San, también conocida como Butterfly. La boda está a punto de celebrarse. Goro enseña a Pinkerton la casa que está incluida en el contrato de matrimonio y le presenta a sus futuros sirvientes, entre los cuales se encuentra Suzuki, la doncella de Butterfly. Aparece Sharpless, el Cónsul americano, con quien Pinkerton ha trabado amistad. La entrada de Butterfly, acompañada de sus amigas, obra un efecto mágico en los americanos. Con la llegada de los familiares y amigos de la novia se inician los sencillos ritos de la boda japonesa, que tiene como inesperado invitado al tío bonzo de Cio-Cio-San. Encolerizado al saber que su sobrina ha rechazado la religión de su familia y se ha convertido al cristianismo, la maldice y obliga a todos los parientes a renegar de ella. Butterfly rompe a llorar, lo que hace que Pinkerton pierda la paciencia y ordene a todos que abandonen la casa. A solas con su jovencísima mujer, intenta consolarla mientras cae suavemente la noche. Butterfly, que ha tenido que renunciar a todo cuanto tenía para convertirse en su esposa, se siente dichosa. Extasiada, se entrega a su marido.

ACTO II
Han pasado tres años desde que Pinkerton dejó Nagasaki. Butterfly y Suzuki viven esperando su regreso. Suzuki ha perdido la esperanza, pero Butterfly se niega a creer que Pinkerton la ha abandonado y, convencida de su regreso, hace ver a Suzuki cómo será el día en que él vuelva a casa. Sharpless, que llega acompañado de Goro, comunica a Butterfly que ha recibido una carta de Pinkerton anunciando su regreso. La desbordante alegría de la japonesa impide a Sharpless contarle el verdadero motivo de su regreso. Goro, que durante los últimos meses ha intentado volver a casarla, anuncia la llegada de uno de los pretendientes, el adinerado Yamadori, pero Butterfly, exultante por el regreso de Pinkerton, lo rechaza. Sharpless intenta leerle el resto de la carta y hacerle ver que es posible que su marido venga con intenciones de no quedarse. Ella admite que entonces tendría que elegir entre volver a convertirse en geisha o quitarse la vida, pero está convencida de que cambiará de idea cuando vea al hijo que concibieron juntos. Suena el cañón del puerto que anuncia la llegada de un barco. Butterfly, muy nerviosa, comprueba desde lejos con Suzuki que se trata del de su marido y, anticipando su llegada, se apresura a engalanar con flores toda la casa y a vestirse con el traje de novia. Después viste al niño y lo sienta a su lado, junto a Suzuki, para que vea llegar a su padre. Cae la noche. Empieza una larga espera.

ACTO III
Amanece. Suzuki y el niño se han quedado finalmente dormidos. Butterfly ha pasado la noche en vela. Cuando Pinkerton aparece acompañado de Sharpless, el júbilo se convierte en tristeza: Pinkerton se ha casado con una americana y viene para llevarse al niño a su país. Sobrecogida, pero manteniendo la dignidad, Butterfly consiente en entregar el niño a Pinkerton con una sola condición: que sea él quien venga en persona a recogerlo. Sharpless parte en busca de Pinkerton mientras Butterfly decide quitarse la vida con el mismo cuchillo con el que se suicidó su padre. Tras despedirse de su hijo, se retira detrás de un biombo y se atraviesa la garganta. Mientras se arrastra agonizando hacia el niño para besarlo por última vez, llegan Pinkerton y Sharpless. Butterfly extiende su brazo hacia el niño y muere. Pinkerton cae de rodillas a su lado. Sharpless coge al pequeño y lo abraza.

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Sipnosis por el Teatro Real de Jorge Luis Wic. Ana Maria Martinez como Cio-Cio-San de Madame Butterfly. Foto de Ken Howard para LA Opera

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