La concepción de la pedagogía Waldorf

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La pedagogía Waldorf tiene como finalidad el desarrollo de cada individualidad. Su concepción del ser humano es amplia e integral. De ahí que su metodología facilita el despliegue de las capacidades y habilidades propias del niño y del joven. Esta pedagogía da la misma importancia a los contenidos como a los procesos para llegar. Así se ve reflejado en la cita de Rudolf Steiner, quien es el fundador:

“En la vida, más valioso que el saber es el camino que se hace para adquirirlo.”

Es un método apoyado por la UNESCO, ya que integra en sus proyectos educativos los ideales democráticos, la educación para la paz, el trabajo multicultural y la solidaridad entre escuelas de diferentes países.

Según Steiner, la educación debe llevarse a cabo en un ambiente libre y creador. Se trata de una escuela del presente y para el futuro, que se apoya en el desarrollo evolutivo del niño.

En estas escuelas no se presionan a los niños con exámenes y exigencias en cuanto a su rendimiento, sino que fomentan el desarrollo cooperativo y libre, teniendo en cuenta siempre la individualidad de cada niño.

Actualmente, existen escuelas Waldorf en más de 90 países, entre los que se incluyen: Brasil, Ecuador, Colombia, Perú, Suecia, EE.UU, Canadá y Australia.

En estas escuelas se admite a cualquier tipo de niño, da igual su origen cultural, social, económico o religioso.

La primera escuela Waldorf fue fruto del movimiento de Triformación social. La escuela, tal como la concibe Rudolf Steiner, puede ser un espacio de renovación social porque una generación aprende de la otra. Él lo expresa así: “La escuela es un lugar de encuentro entre dos generaciones, que se enseñan mutuamente … un espacio de reflexión donde el orden establecido, más que perpetuarse, puede renovarse, acogiendo a los nuevos impulsos evolutivos de cada nueva generación.”

Si esta educación mutua se produce de una manera artística, esto da como resultado una vida cultural que puede irradiar en el entorno social de la escuela, en forma de conferencias, cursos, conciertos, exposiciones, y nuevos proyectos. Estos proyectos pueden ser proyectos de trabajo para jóvenes, actividades como la agricultura biodinámica, una alimentación sana y el trato con la naturaleza dentro de una nueva conciencia ecológica, la recuperación de oficios prácticos, artesanales y artísticos, y la creación de pequeñas empresas y cooperativas que pongan en marcha una red de economía real y humana. Proyectos relacionados con la economía real, que conllevan un trato correcto con la naturaleza.

Este tipo de irradiación social se da desde hace años en países con tradición de escuelas Waldorf, y los resultados benefician el entorno cultural, laboral y convivencial. Actualmente hay más de 1025 escuelas en 66 países de todo el mundo. La pedagogía Waldorf se ha desarrollado dentro de una diversidad cultural muy amplia.

La pedagogía Waldorf tiene sus raíces en las creencias del esoterista austríaco Rudolf Steiner (1861-1925), fundador de la corriente llamada “antroposofía”. Steiner carecía de experiencia o formación docente de cualquier tipo, de manera que basó sus principios de su pedagogía en trances místicos (véase Rudolph Steiner y la Ciencia Espiritual). Según él mismo, durante esos trances consultaba una especie de biblioteca mística universal esotérica de la sabiduría que llamaba “registro akáshico” que, también según sus palabras, estaba “escrito en el éter”.​

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