Formación profesional del estudiante mediante la andragogía

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Por: Dahiann Tenorio

International Relations Expert

Researcher coordinator ALAS
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Educación y Desarrollo Humano[twitter id=”@DahiannTenorio” number=”0″ avatar=”true” ]

Introducción

 

En el presente ensayo el lector (a) encontrará ideas desarrolladas con base en la andragogía como proceso de enseñanza hacia las personas adultas con el fin de poder explotar este método en las aulas universitarias. De forma seguida se hará un minuta disertación entre la relación de la educación y desarrollo humano.

 

I.

Cada persona tiene algo que enseñar y así mismo algo que aprender; por ende, la vida es un proceso de aprendizaje continuo, diario y constante, pero en la vida adulta… ¿Cómo debe abordarse dicho aprendizaje? ¿Existirán nuevas necesidades en dicha etapa de la vida? ¿Será verdad que debe haber un proceso revolucionario (no evolucionario) del proceso de enseñanza en la educación superior?

 

Un adulto (a) por serlo no se excluye del proceso de aprendizaje, lo que cambia son sus necesidades y  su forma de aprender; sabiendo que, como adulto (a) ya ha alcanzado un nivel de conocimientos  y experiencia (Alonso, 2013). La pedagogía no satisface las necesidades educativas del adulto (a) dado que no vincula sus los saberes previos del adulto (a) más la experiencia, a diferencia de lo que sí intenta la andragogía (Albuquerque, 2007). El potencial alcanzado en las personas adultas no puede ser pasado por alto por los docentes universitarios, sino aprovechado de forma que se guíe al estudiante hacia la construcción del conocimiento partiendo de los insumos que ya tiene (conocimiento previo) con el nuevo para que el aprendizaje sea significativo, donde la etapa de memorizar conceptos y recitar materia no sea el centro de la razón de la enseñanza, sino la maximización de las competencias del estudiante visto como ser humano y profesional en formación (Albuquerque,  2007).

II.

Los profesores (as) como facilitadores (as) de conocimiento deben inspirar y motivar sus estudiantes a que la aplicación del conocimiento no se quede solo en las aulas, en cuatro paredes, en los ensayos o resúmenes, sino en la vida real, en la relación con las funciones sociales en la resolución de problemas, es decir pasar de la teoría a la práctica (Albuquerque, 2007).

 

La formación del estudiante debe ser un proceso bilateral y bidireccional entre docente-estudiante, rompiendo la barrera del docente a una altura inalcanzable para el estudiante y situarlo en una posición cercana como guía con base en el método socrático de acompañar al estudiante a salir a descubrir ese mundo de luz de sabiduría (Alonso, 2013). Donde la educación se centro por y para el estudiante, vista la misma como “una práctica de vida, y no solo para una etapa de la vida (Rodríguez, 2003, p.83)”.

 III.

¿Qué se está haciendo para aportar y facilitar el conocimiento mediante la planificación ordenada sin que sea instrumental-mecánica, rescatando la figura del alumno ,no como depositario de información, desde la educación como proceso de socialización? (Rodríguez, 2003). De forma que, se inspire al estudiante a crear sus propias ideas y criterio, el cual enriquecerá a medida que crece como ser humano. Y así que el estudiante forme el hábito de auto preguntarse y evaluar el aprendizaje ¿De qué forma se puede aplicar lo aprendido a la vida real? (Alonso, 2013) ¿Por qué es importante lo que aprendido? ¿Quiénes piensan diferente respecto de lo aprendido? ¿Qué puede aportar el estudiante a la generación de nuevas ideas que impacten su vida y la sociedad del conocimiento? (Bozú & Canto, 2009). Todo esto hace que el aprendizaje significativo se encuentre cuando estudiante-profesor salen de la zona de confort hacia la de construcción del conocimiento (Alonso, 2013).

IV.

Es sumamente imperativo, potenciar las competencias del estudiante  mediante la creatividad, que no sea impuesta mediante una clase magistral sino mediante un proceso dialéctico entre realidad y teoría, entre estudiante y profesor (a). Todo esto manteniendo en cuenta a como expresa Rodríguez (2003) que alumnos (as) son una existencia cultural. Siendo de esta manera, se eduque para una actitud solidaria y humanista, esto es estudiantes con estudiantes que llegan a conclusiones significativas para sí mismos, donde se supere la etapa pedagógica hacia la andragogía, un aprendizaje centrado en el estudiante adulto (a)como proceso que relaciona la vida y la experiencia, empoderando al estudiante en sus competencias (Alonso, 2013).

 V.

Se debe tener como máxima que el estudiante debe crear ideas, y no darle recetas de memorización para ser plasmadas en un examen, cada ser humano aprende diferente por eso la andragogía en la práctica es un proceso que busca la innovación del conocimiento previo del adulto (a)de cara al mundo infinito de lo no conocido y esto constituye una aventura académica que estudiante no debe enfrentar solo sino con la compañía, del guía, del profesora en una línea de respeto horizontal no vertical. Así el mundo encontrará nuevos y nuevas profesionales con “cabezas bien hechas”, más que cabezas “bien llenas” a como explica Trueba (2012).

VI:

La educación es derecho humano fundamental, un medio de construcción y elemento constitutivo del desarrollo humano, que busca ampliar sus capacidades del individuo . Tueba (2012, p.5) explica que: El objetivo de la educación, como señala otro de los exponentes del enfoque de las capacidades, Nussbaum (1997), es “cultivar la humanidad”, lo que implica proporcionar al individuo las herramientas que le permitan elegir la vida que desea llevar”.

 

Relacionando a los autores Alonso (2013) y a Trueba (2012, p.6), donde este último señala dos enfoques del verbo “educar” desde su procedencia del latín el primero es  ēdŭcāre que significa “criar”, “nutrir” o “alimentar”, mientras el segundo y más antiguo ēdŭcēre se centra en “sacar afuera” o “conducir afuera”, ilustra lo que explica Alonso (2013) que la adragogía sería el proceso de enseñanza hacia a fuera, donde el individuo es arquitecto de su propio conocimiento, relacionándolo con su experiencia de que ya sabe con lo nuevo que puede aprender, ambos enfoques educativos pueden llegar a ser útiles mediante el pensamiento dialéctico, lo importante no es gravitar solo en el primer enfoque.(Albuquerque, 2007).  Sin duda la andragogía es un reto que los docentes deben conocer y aplicar para ir cultivando las presentes y futuras mentes pensantes en vez de mentes creadas sin la participación activa del mismo estudiante.

 

 

Los profesores (as) tienen la gran responsabilidad de promover el aprendizaje significativo, de forma que inviten al estudiante a ser parte de su proceso de construcción de conocimiento, revolucionando del dictado magistral de material, a la enseñanza con el método socrático y aristotélico (Alonso, 2013).

Conclusiones

Este pequeño análisis tuvo la intención de expresar la importancia de la andragogía como proceso de aprendizaje, donde los adultos (as) puede ser parte de su propia educación vinculando saberes previos para llegar a una dialéctica en cara a los insumos que da el docente. La preocupación docente debe apuntar no tanto que tanta información maneja el estudiate sobre un determinado tema, sino que conocimiento de su experiencia puede aportar con la ayuda y guía del docente como ejercicio de la enseñanza para la vida, no para una clase o un momento, extendiendo el horizonte (alcance) de las competencias de los seres humanos.

 

Es un reto enseñar como agrá gogos: por tanto si no tomamos la aventura, el riesgo será seguir educando a personas sin valorar toda la riqueza social y cultural y así que estas puedan restar dar a la sociedad (local o nacional) parte de su conocimiento. El docente debe bajar las gradas para correr junto con el estudiante con el fin de ayudarlo a construir conocimiento. La educación universitaria irá mejorando poco  a poco a medida que sus profesores (as) apliquen concienzudamente a la andragogía sabiendo que la misma produce desarrollo humano, dentro del cual no hay rango de edad.

 

Bibliografía

 

Alonso, P. (2013, 30 de abril) La Andragogía como disciplina propulsora de conocimiento en la educación superior. Revista Electrónica Educarte, 16, 15-26. 

 

Albuquerque, M. (2007, 13 de setiembre). La teoría del Aprendizaje Significativo y su impacto en las transformaciones de la Gestión Pedagógica. Recuperado el 31 de mayo de 2013 en: http://ma-alburquerque.blogspot.com/2007/09/la-teora-del-aprendizaje-significativo.html

 

Rodríguez, P. (2003, sin mes).  La andragogía y el constructivismo en la sociedad del conocimiento. Laurus, 9 (15), 80-89. Recuperado el 31 de mayo en de 2013: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=76111335006

 

Bozu, Z., Canto, P. (2009). El profesorado universitario en la sociedad del conocimiento: competencias profesionales docentes.  Revista de Formación e Innovación Educativa Universitaria, 2 (n2), 87-97.

 

Trueba, C. (2012). La dimensión educativa del desarrollo humano. Documentos de trabajo sobre cooperación y desarrollo. España: Universidad de Cantabria. Recuperado el 31 de mayo en: http://www.ciberoamericana.com/pdf/DT_2012_1.pdf