Estabilidad monetaria y financiera durante el coronavirus

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La propagación mundial del coronavirus es una tragedia humana que se está extendiendo por todo el mundo. Cuantificar el impacto económico es una tarea compleja, que genera una considerable incertidumbre acerca de las perspectivas económicas y los consiguientes riesgos a la baja. Esta escalada de la incertidumbre puede poner en riesgo tanto el crecimiento económico como la estabilidad financiera. Para afianzar la economía mundial, además de políticas económicas focalizadas medidas fiscales, será fundamental adoptar políticas adecuadas de estabilidad monetaria y financier.

Mayor incertidumbre y condiciones financieras más restrictivas

Los indicadores de incertidumbre económica, como la volatilidad en los mercados de acciones, se han disparado en países de todo el mundo. Los mercados bursátiles en las principales economías, como Estados Unidos, la zona del euro y Japón, se han desplomado y han visto la volatilidad implícita aumentar vertiginosamente conforme el nerviosismo ha llevado a los inversionistas a tratar de valorar los riesgos más recientes planteados por el nuevo virus.

Como resultado de esta escalada de la incertidumbre, los diferenciales de crédito se han ampliado de forma general en los mercados, ya que los inversionistas están trasladando los fondos de activos relativamente riesgosos a otros más seguros. Los bonos de alto rendimiento y de mercados emergentes se ven especialmente afectados por estas reasignaciones. Así, los diferenciales de los bonos de mercados emergentes y preemergentes denominados en dólares estadounidenses se han ampliado considerablemente.

Las condiciones financieras se han endurecido notablemente en las últimas semanas, lo cual supone mayores costos para las empresas que acuden a los mercados de acciones y de bonos en busca de financiamiento. Esta constricción brusca y repentina de las condiciones financieras actúa como un lastre para la economía, ya que las empresas posponen decisiones sobre inversión y las personas retrasan el consumo al sentir una menor seguridad financiera.

Respuesta de política monetaria

El marcado endurecimiento de las condiciones financieras, junto con las expectativas de baja inflación, asigna un papel a la política monetaria en la actual coyuntura. Los bancos centrales pueden actuar con rapidez para aliviar la constricción de las condiciones financieras inyectado liquidez y recortando las tasas de interés, para así evitar una posible compresión del crédito. De hecho, los mercados han estado previendo una importante distensión monetaria por parte de los bancos centrales, y así lo demuestra la drástica caída de los rendimientos de los bonos soberanos en muchos países de todo el mundo.

Si la medidas se sincronizan entre los países, la política monetaria adquiere más potencia. Por tanto, la cooperación internacional en este sentido debe ocupar un lugar prioritario en la agenda. Disponer de una amplia liquidez, tanto a nivel interno como transfronterizo, es un prerrequisito para logar la reversión del rápido endurecimiento de las condiciones financieras. En estas circunstancias inusuales, si las presiones sobre la liquidez amenazan el funcionamiento del mercado, los bancos centrales quizá tengan que intervenir y proporcionar liquidez de emergencia.

Si las condiciones económicas y financieras se deterioraran aún más, las autoridades podrían recurrir una vez más a la amplia batería de herramientas desarrollada durante la crisis financiera. Por ejemplo, la Reserva Federal presentó en 2009 la línea de préstamos a plazo de valores respaldados por activos , que proporcionaba financiamiento focalizado. El Banco de Inglaterra y el Tesoro británico introdujeron el programa de fondos para préstamos , que ofrecía subsidios de financiamiento para incentivar la ampliación de los préstamos a hogares, PYME y empresas no financieras. Otras autoridades pusieron también en marcha variantes de estos mecanismos de préstamo a fin de reducir los costos de endeudamiento de ciertos sectores.

Políticas de estabilidad financiera

El marcado descenso de las tasas de interés, sumado a una creciente ansiedad en torno a las perspectivas económicas, también ha generado inquietud entre los inversionistas acerca de la salud de los bancos. Los precios de las acciones de los bancos han caído bruscamente, y la cotización de sus bonos también se ha visto sometida a cierta presión, probablemente debido al temor de posibles pérdidas.

Lo bueno es que los bancos son ahora en general más resilientes que antes de la crisis financiera de 2008, gracias a que cuentan con mayores colchones de capital y liquidez. Esto quiere decir que los riesgos para la estabilidad financiera procedentes del sector bancario son mucho menores, pese al descenso de los precios de las acciones.

Pero aun así, las autoridades supervisoras deben vigilar muy de cerca la evolución de los bancos. Dado que el brote del virus es un fenómenotemporal, los bancos podrían contemplar una reestructuración temporal de los vencimientos de los préstamos para los prestatarios más afectados. Los supervisores deben trabajar estrechamente con los bancos para garantizar que estas medidas sean transparentes y temporales. El objetivo debe ser preservar la solidez financiera de los bancos y la transparencia general en todo el sector financiero.

Las autoridades deben estar también alerta ante posibles amenazas para la estabilidad financiera procedentes de fuera del sistema bancarios. Esto implica reforzar la atención en los gestores de activos y los fondos cotizados en bolsa, en los que los inversionistas podrían liquidar inversiones riesgosas de forma repentina.

(foto: Artem Peretiatko/iStock by Getty Images)

Las fuertes fluctuaciones de los precios de los activos pueden ejercer presión sobre los mercados y las instituciones. Aunque el funcionamiento del mercado ha resistido hasta ahora los fuertes altibajos de los precios de los activos, datos anecdóticos apuntan a que la liquidez está contrayéndose en muchos mercados. También existen tensiones en los mercados de financiamiento en dólares de EE.UU., en los que empresas y bancos no estadounidenses se endeudan en esa moneda

En general, las autoridades deben actuar con decisión y cooperar a escala mundial para preservar la estabilidad monetaria y financiera en estos tiempos de extraordinarios desafíos. El mantra de «esperar lo mejor y prepararse para lo peor» ha demostrado desde hace tiempo que es eficaz. El FMI hará lo que sea necesario para ayudar a sus países miembros a hacer frente a esta crisis extraordinaria, pero que esperamos será pasajera.

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Artículo escrito por Tobias Adrian – dialogoafondo del Fondo Monetario Internacional (Todos los derechos reservados)

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